Una lágrima.

Por mi piel han pasado más de mil injusticias
 y en ella han quedado.
De pie en medio de la sórdida y extensa monotonía me detengo.
En mis brazos sostengo la cantidad de palos que me he llevado de la vida y en mi cara recibo las más de mil bofetadas que me he llevado.
En mi corazón existe un "ya no puedo más" y en mi mente un "tengo que aguantar".
Miro a los lados y se me suceden más de una vez todos esos más de mil recuerdos que era preciso olvidar.


A mi mente en seguida vienen todos mis miedos e inseguridades y me estremezco al darme cuenta que hieren a mi cuerpo.
Una cinta verde se cuela por delante de mi mirada como si de un rayo de esperanza plena se tratara pero como mismo vino se va.


Mi boca suelta en un desesperado sollozo la palabra venganza y rápidamente mi cabeza niega esa parte de mi que se opone a salir. 
Mis piernas flaquean y me derrumbo al suelo aún cargando en mis brazos todos y cada uno de esos momento que más me hicieron sufrir.
Ya totalmente desesperanzada y desesperada ante todos esos ojos que me humillan y me hieren me sale la primera lágrima.
Ya sola, sin poder controlar mis emociones y totalmente desvalida me derrumbo y comienzo a llorar para comprender así que la línea de la vida no siempre es justa y que como mismo te da la vida de egoísta te la va quitando poco a poco destruyendo cada pedazo de brillo de esperanza que queda en el interior de tu ser.
Y en el corazón sientes un pinchazo al no querer reconocer por la situación que estás pasando, al no querer reconocer el sufrimiento de tu piel.
Y sabes que mientras que todos están tranquilos tu estás ahí siendo víctima y escena de un momento que no olvidaran en sus vidas por muy recóndito que sea el olvido.
En una milésima de segundo todas mis heridas comienzan a abrirse de nuevo, pero el corazón tiene razones que la razón no entiende y con la misma inercia que surgieron se cicatrizan.

Sólo saber que cada lágrima que cae tiene un culpable y que tarde o temprano cada uno pagará el dolor de esa lágrima. Las cosas caen por su propio peso y cuando más alta sea la altura más dura será la caída.