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Un buen día, caí sin darme cuenta en un mundo paralelo, solitario y ambiguo, ese día comprendí lo incomprendido, ese día le conocí.

- ¡Hola! - dije bien sin saber por qué.

- Hola. - se oyó decir en la lejanía y sórdida soledad.

Sorprendida por la contesta inesperada contesté:

- ¿Quién eres?

- Soy la imperfección. - contestó la voz. Entonces sin saberlo y sin creerlo se me ocurrió.

Sin decir nada más, al cabo de unos segundos se oyeron unos pasos acercándose a mí. Entonces pude ver con claridad que era la imperfección delante de mí.

- ¿Dónde estoy? - le pregunté.

- En tu consciencia. - me respondió.

Entonces un breve rayo de luz lo alumbró.Cual belleza y humildad me arrebataron el corazón. Entonces supe que me enamoré.

Mi conclusión:

Es la imperfección más perfecta que he conocido y conoceré.