First transit to paradise.

Podemos soñar. 

Podemos soñar que es nuestro. El día en el paraíso es difícil de describir, siempre y cuando haya sido tu primera visita.

Muchos creen que el paraíso se encuentra en el más allá y no lo discuto porque siempre hay muchas preguntas formuladas en el aire y pocas respuestas ciertas que contesten y se refieran realmente a lo que estamos buscando; y por mucho que se intente estudiar o investigar siempre se nos escapa algo.

Puedo decir que he encontrado mi paraíso después de varios años intentando encontrarlo. Encapricharme por encontrarlo y disponerme en su búsqueda creo que fue una de las cosas más divertidas.

Lo más interesante de todo el camino no es lograr tu meta si no todo lo que se puede aprender hasta conseguirla y de lo que se podrá seguir aprendiendo.

Muy altas pueden ser y estar las farolas pero realmente siempre van a estar a nuestro alcance.

Otra de las cosas que pude aprender es que a veces aunque te empeñes mucho en buscar algo te acabarás dando cuenta de que es mejor que las cosas surjan por sí solas, que si ha de pasar pasará.

Mi aparición en escena fue algo espectacular y quizás algo incierto e inesperado. 

Quién sabe por qué. 

Lo que sentí creo que es indescriptible y el por qué quería encontrarlo es sencillo:

Porque sí.

¿Cómo se sabe si se ha encontrado realmente el paraíso?

Creo que eso es intuición, es como una percepción en la que no entra ningún factor en juego sólo las ganas y la fe de ello.

Uno no sabe a lo que se atiene hasta que no se lo encuentra de frente.

Quizás el velo del misterio marque mucho y disponga la situación del juego. 

Pero siempre habrá una búsqueda, una meta, un camino y un curioso.